El 2 de julio de 1986 en la intersección de las calles Germán Yungue con General Velásquez, en la comuna de Estación Central, Carmen Gloria Quintana y Rodrigo Rojas de Negri fueron atacados por un grupo de militares comandados por el oficial Pedro Fernández Dittus.
Todo comenzó en la misma comuna, donde al igual que en gran parte del país, varias personas se disponían a preparar las manifestaciones previas a lo que sería el gran paro nacional del 2 y 3 de julio del mismo año.
Rodrigo, quien se desempeñaba como fotógrafo para una agencia internacional, había llegado hace poco de Estados Unidos (país en el que estaba exiliado junto a su familia), para retratar lo que estaba ocurriendo en Chile tras la dictadura del 1973. La mañana del 2 de julio, Rojas llegó a Estación Central para fotografiar al grupo de manifestantes que iba a prender una barricada en la estratégica esquina nombrada anteriormente.
Carmen era una estudiante de la Universidad de Santiago de Chile, y en ese entonces era parte del grupo que estaba iniciando la manifestación. En este momento es cuando la vida de ambos jóvenes de 19 y 18 años respectivamente, se entrelazaría dando origen a una de las historias del horror de la dictadura de Augusto Pinochet.
Cuando los manifestantes estaban ya reunidos, una patrulla de 3 civiles, 5 suboficiales y 17 soldados se acercó al grupo para detenerlos. La mayoría logró escapar, sin embargo Carmen y Rodrigo fueron detenidos por los militares y torturados.
La acción efectuada por los policías consistió en rociar a ambos jóvenes con gasolina para después encenderlos hasta dejarlos inconscientes. Tras esto los envolvieron en mantas, los subieron a un vehículo y los trasladaron hasta un sitio eriazo en las afueras de Santiago. Finalmente lanzaron a las víctimas a un canal de regadío.
Con sus últimas fuerzas, los jóvenes lograron reaccionar. Rodrigo movió a Carmen y le dijo que debían levantarse. En ese momento ambos son conscientes de la gravedad de sus lesiones y resuelven que deben buscar ayuda. Salieron de la zanja en la que los tiraron y se acercaron a una calle para hacer parar algún vehículo. Nadie paró.
Carmen cree que por el aspecto de «zombies» que ambos tenían, la gente que los vio tuvo miedo. Pero instantes después, una patrulla de Carabineros se aceró a los jóvenes. Rodrigo le dijo a Carmen que no dijeran nada porque los podrían hacer desaparecer.
Los policías llamaron a una ambulancia que nunca llegó y unos obreros de una construcción cercana se acercaron para ayudar a las víctimas. Tras la nula espera, los Carabineros detuvieron un auto civil y los trasladaron al consultorio más cercano y tras eso a la Posta Central.
Carmen sobrevivió. Estuvo en coma, tuvo múltiples operaciones y viajó por el mundo siendo la voz que no pudieron extinguir, de las 40.000 víctimas de la dictadura de Pinochet, la misma voz que en Rodrigo se apagó.
Cuatro días después del brutal ataque, Rodrigo Rojas de Negri no logró sobrevivir a la gravedad de sus lesiones. Tenía el 70 % de su cuerpo quemado.
En el año 1991, el capitán Fernández Dittus fue hallado culpable por la Corte Marcial y cumplió la irrisoria condena de un año en el penal Punta Peuco, por la eventual negligencia de negarle asistencia médica a Rodrigo. Fue exonerado de su responsabilidad sobre Carmen. Luego de esto, fue condenado por la Corte Suprema por la muerte de Rojas y las heridas de Quintana, a 600 días de presidio. Posteriormente logró acreditar el supuesto padecimiento de una «psicopatía orgánica» y fue incorporado al grupo de pensionados de invalidez posguerra.

Wikipedia

Archivo Nacional de Chile