Este sábado 28 de septiembre falleció el sacerdote jesuita y activista por los derechos humanos, José Aldunate Lyon, a la edad de 102 años. El cura, fue conocido por sus múltiples aportes a los necesitados durante la dictadura militar. En el año 2016 recibió el Premio Nacional de los Derechos Humanos.
¿Quién fue José Aldunate?
Aldunate nació en una familia acomodada. Fue educado por institutrices inglesas e incluso vivió durante un corto periodo de dos años en dicho país. En el 1930 retornó a Chile junto a su familia, mientras que la vocación jesuita de su hermano Carlos, lo hace comprender algo que va más alla de la existencia humana:
«Lo que valía en la vida era no esta existencia terrenal que tenemos, sino que la vida eterna«.
José Aldunate Lyon por su vocación sacerdotal

En el año 1933, Aldunate ingresa al Noviciado Jesuita de Chillán. Recorre varios países formándose como sacerdote. Posteriormente, en el año 1950 vuelve a Chile a cumplir su primera misión: ayudar a Alberto Hurtado en la Acción Sindical Chilena. Aldunate se formó de inmediato una opinión respecto a Hurtado.
«Llegó un momento en que el padre Hurtado comprendió que lo decisivo no era la caridad, la bondad, hacer el bien. Lo decisivo era la justicia. (…) Un empresario debía pagar salarios justos y después podía hacer la caridad«.
José Aldunate Lyon sobre Alberto Hurtado
Posteriormente, entró a trabajar como profesor de Moral en la Universidad Católica de Chile. Y luego de esto, tras reflexionar que no se estaba acercando a los que sufrían injusticias, decide que su futuro es convertirse en cura obrero.

El sacerdote holandés Juan Caminada lo invita en 1973 a la cuna del movimiento obrero, en Calama. Caminada cree que la única forma de que Aldunate cumpla con aquella vocación, es con una especie de bautizo. Si Aldunate quería ser un cura obrero, debía trabajar como obrero. Aldunate y otros 14 curas se trasladan a la ciudad e inician un periodo de reflexión acompañado de una semana de trabajo en Chuquicamata. Tras esto debían escoger si seguir el camino que estaban practicando o abdicar. José escoge continuar con su vocación. Se dedica a trabajar como obrero por 6 meses, mientras que los otros 6 meses restantes del año se dedica a las clases universitarias, rutina que llevó a cabo por 5 años.
Para continuar sus labores obreras, el cura se traslada a Concepción. Tras dos días de trabajo, los militares toman por la fuerza el control del país, produciéndose así el golpe de estado de septiembre de 1973. Aldunate regresa a Santiago y vive en diferentes comunas con otros jesuitas.
En Pudahuel, el cura se encargaba de los alimentos, lo que lo llevó a crear un «IPC del obrero», mientras calculaba las estadísticas de los precios de las cosas, el salario de los obreros y el costo de sus vidas.
Durante ese tiempo, el cura se convierte en teólogo de la liberación, argumentando que la corriente teológica de la liberación es la equivalente latina del «Concilio Ecuménico Vaticano II».

«Esta teología fue la que incluyó la opción por los pobres: para realizar el sueño de Dios, que es una humanidad fraternal, hay que comenzar por luchar contra la pobreza, crear equidad, crear justicia en este mundo«.
José Aldunate por la Teología de la Liberación
En el año 1984, Aldunate se traslada a la comunidad de jesuitas de la Población La Palma en la comuna de Estación Central. En la dictadura, el cura -al igual que otros como Mariano Puga y Roberto Bolton- ayudó a varias personas perseguidas por los militares. Ingresó a los refugiados en la nunciatura, pese a la oposición del nuncio, quien se veía en la obligación de ayudar a sacar a las personas del país mientras estaban bajo su techo.

En el mismo tiempo, Aldunate colaboró en la creación de medios de comunicación clandestinos, en el Equipo Misión Obrera, ligado a sacerdotes obreros, en el Movimiento contra la Tortura Sebastián Acevedo, orientado a la no violencia activa, en la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, compuesto principalmente por mujeres, a quienes acompañó incluso en sus huelgas de hambre.

El cura Pepe como lo llamaban algunos, sufrió un accidente vascular a los 98 años, hecho que lo deja con secuelas y lo hace retirarse de su labor pública. El pasado 28 de septiembre del presente año, los sacerdotes jesuitas informaron del fallecimiento de José Aldunate Lyon.