El pasado lunes 2 de septiembre la Comisión de Trabajo discutió y votó el proyecto de las #40horas. Durante todo el día los medios y parlamentarios se dedicaron a interactuar con la audiencia y a entregar sus posturas respecto a lo que se estaba desarrollando en la sala.
Gracias a la transmisión online de dicha reunión, la ciudadanía pudo escuchar los argumentos principalmente de la derecha, quienes deliberadamente trataron de retrasar la votación, presentando una y otra vez las mismas mociones contra el proyecto.
Lo anterior se confirma gracias a una publicación de la diputada Camila Vallejo en Twitter, en la cual se muestra una fotografía con un papel que dice «más lento»:
A raíz de esto, surgieron muchos comentarios en contra de esta vergonzosa estrategia de dilación y de los ejemplos del ministro del Trabajo, Nicolás Monckeberg, que aludieron desde la Copa América, hasta los incendios combatidos por la Conaf, ya que según él, los trabajadores que se rigen por jornadas especiales, serían gravemente afectados.
Finalmente, cuando la votación tuvo curso, se aprobaron lentamente los primeros artículos del proyecto, sin embargo, cuando se intentó votar el artículo transitorio -que prohíbe reducir los salarios de los trabajadores-, todo el oficialismo se retiró de la sala arguyendo que el tiempo de la sesión se había acabado, dejando hasta el martes siguiente el despacho del proyecto a la Cámara de Diputados.
Por su parte, el presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio, Alfonso Swett declaró que «esta no es una invitación, es una prohibición a trabajar más de 40 horas. Si tenemos jornadas tan rígidas, vamos a tener un exceso de costos». Además sugirió que muchos de los parlamentarios «nunca han trabajado en una empresa privada ni pública. Nosotros entendemos sus intenciones, pero también escuchen y entiendan a los que viven la realidad de trabajadores y empresarios».
Desde el twitter del Sindicato de CDF le respondimos al Ministro: